Salvar al pequeño Emmanuel
por Eulàlia IglesiasLos indígenas en Iberoamérica siguen siendo víctimas directas o indirectas de todo tipo de conflictos y abusos. En Colombia, miles de personas que habitan en la selva se ven obligadas a abandonar sus hogares por culpa tanto de las FARC como de las fuerzas gubernamentales que las persiguen. En estos desplazados se centra 'Operación E', la nueva película del director de 'El Lobo' y 'Gal', quien vuelve a urdir un thriller a partir de un caso real. La película se inspira en la llamada Operación Emmanuel, el operativo montado para liberar al hijo que Clara Rojas tuvo durante su secuestro, niño que las FARC "entregaron" a una familia de campesinos para su cuidado. En esta ocasión, a Miguel Courtois no le interesa tanto el enfrentamiento entre gobierno y guerrilla como la situación de la familia que, obligada a acoger a un niño que no es suyo, queda en medio del fuego cruzado.
Para la visibilización de esta injusticia, los responsables de Operación E han apostado por el carisma de uno de los mejores actores españoles del momento, Luis Tosar, que encabeza el reparto del film. El actor gallego encarna a este padre de familia numerosa que debe luchar por la supervivencia de los suyos en la selva al tiempo que se convierte en el protagonista involuntario de un conflicto de resonancias internacionales. La presencia de Tosar también resume los problemas de la película. El intérprete gallego es el principal gancho de 'Operación E' pero al mismo tiempo pone en evidencia el desajuste de este cine de denuncia con vocación comercial: los elementos que se han introducido en el film para promover su éxito en las carteleras son los mismos que erosionan su verosimilitud. A pesar del más que demostrado talento de Tosar, resulta difícil tomárselo en serio como campesino colombiano con acento impostado que acaba actuando como el héroe anónimo de la historia. Como también deviene forzada la presencia de la bella Martina García como su esposa... 'Operación E' pretende disponer del ritmo de un thriller de acción, del compromiso con la realidad de un documental y del desgarro emocional de un drama humanista. Sin embargo se queda a medio camino de los tres objetivos...
A favor: El abuelo curandero y su mono tití.
En contra: El desequilibrio entre la legítima vocación comercial de la película y su voluntad de denuncia.