Críticas
3,0
Entretenida
El viaje de Bettie

Ha salido a por cigarrillos

por Covadonga G. Lahera

La primera mitad de 'El viaje de Bettie' es lo suficientemente ágil y estimulante como para justificar su visionado. Más allá de que la película orbite casi íntegramente en torno al personaje que encarna Catherine Deneuve, eminente actriz y pedazo vivo de una historia del cine, y a priori el gancho más evidente de la propuesta, la realizadora parisiense Emmanuelle Bercot consigue filmarla con esmero y especialmente la sigue con fuerza en los primeros compases del film, una energía tras la cual adivinamos una admiración incondicional —no nos sorprende averiguar que Bercort escribió este guión ex profeso para la protagonista de Tristana—. Deneuve, que interpreta a la Bettie del título en castellano, es presentada en la playa de espaldas, solitaria y meditabunda, como anticipo sintético del estado que después se nos describirá con mayor precisión y holgura. Bettie es una mujer en crisis. Ha sobrepasado las seis décadas de edad (la propia Deneuve ha cumplido setenta primaveras recientemente) y su amante acaba de dejarla por una veinteañera. Al restaurante familiar que regenta no le va mucho mejor y, para más inri, convive con su octogenaria madre, bastante rezungona e impositiva.

Así que, cual adolescente despechada y/o rebelde, convierte un break espontáneo en una fuga impulsiva. Así es cómo coge Deneuve la carretera y arranca su particular road movie, con una cámara cómplice en el asiento trasero y el This Love Affair de Rufus Wainwright a todo trapo. La interacción de Bettie con los aldeanos con los que va coincidiendo por el campo galo imprimen a la cinta una estimulante frescura y autenticidad. Entre esas secuencias, destaca especialmente el intercambio entre Deneuve y el anciano que comparte con ella uno de sus cigarrillos de liar y su historia de amor particular. Por eso, cuando la película da el salto a derroteros más clásicos, combinando drama familiar y comedia romántica, con la aparición del nieto de Bettie, el episodio del reencuentro de misses (uno de los elementos que nos hacen recordar, salvando las distancias, 'Pequeña Miss Sunshine'), las rencillas con la hija y un nuevo amor, nos sentimos algo defraudados al quedarse la cinta en un terreno más previsible, menos vivo. Un apunte final: Bercot le dedica la cinta, su cuarto largometraje, al difunto Claude Miller, con quien trabajó como actriz en la magnífica La classe de neige.

A favor: La presentación y representación de Deneuve, el conflicto que la lleva a marcharse y la interacción entre esta y los no actores con los que coincide en la primera parte del filme.

En contra: Su desvío hacia lo clásico, resultando menos estimulante y más previsible. Algunos personajes secundarios, como la hija o el nuevo amor de Bettie.