Críticas
2,0
Pasable
Té con Mussolini

Inglesas en la Toscana

por Eulàlia Iglesias

Franco Zeffirelli se inspiró supuestamente en su propia biografía a la hora de retratar el ambiente de la comunidad anglosajona que residía en la Florencia de los años treinta. Las protagonistas del film son el último eslabón de esa apasionada historia de amor entre la fría Gran Bretaña y la cálida Italia que escritores como E.M. Foster plasmaron tan bien en sus novelas. Como si los personajes de 'Una habitación con vistas' se hubieran acabado instalando en la Toscana, estas señoras que residen en Florencia viven encantadas de disfrutar de las ventajas de Italia, eso sí, sin mezclarse apenas con la población local (excepto por lo que respecta al joven protagonista, el alter ego del director). Su aislamiento provoca que ni tan siquiera vean la ascensión del fascismo como un peligro, convencidas de la inmunidad que les otorga su pasaporte.

Zeffirelli dibuja un retrato de grupo tan vivaracho como tópico: las inglesas disfrutan del modo de de vida italiano sin dejar de tomar el té puntualmente a las cuatro de la tarde. El director se apoya en un reparto compuesto por las grandes damas británicas de la actuación: Joan Plowright, Judi Dench y una Maggie Smith que a veces da la sensación de estar interpretando el mismo papel desde hace tres décadas. Los dos personajes norteamericanos, la extravagante millonaria que encarna Cher y la arqueóloga lesbiana a quien da vida Lily Tomlin (otra elección de casting de lo más original...) representan la modernidad frente a la rigidez inglesa, el nuevo imperio anglófono que dominará el mundo.

El tono de ligero costumbrismo del film se torna más y más irritante a medida que evoluciona la Historia. Que el fascismo quede fuera de campo se entiende al principio como forma de subrayar el aislamiento en que viven las protagonistas. Pero una vez que Italia, y después Estados Unidos, entran en guerra el registro no varía demasiado. Y con la excusa de centrarse en un círculo cerrado de residentes extranjeras, la visión histórica que Zeffirelli ofrece de su propio país acaba resultando revisionista de tan infantilizada: no se explicitan verdaderos peligros ni amenazas, los anglosajones parecen los únicos interesados en preservar el patrimonio histórico de Italia y los italianos no son víctimas de sufrimiento alguno. Si los neorrealistas levantaran la cabeza...

A favor: La energía que a veces desprende el grupo de mujeres.

En contra: La frivolización de una etapa tan negra de la Historia.