Críticas
3,0
Entretenida
Sweet Home

Para entrar a morir

por Suso Aira

Comentaba Stephen King en su ombliguista (y de opiniones muy polémicas) temprano ensayo (principios de los 80) sobre el cine de terror, Danza macabra, que la fuerte crisis inmobiliaria que padeciera la sociedad norteamericana a principios de la década de los 70 era la clave para comprender la aparición (y el argumento) de algunos de los títulos clave del cine de terror contemporáneos. Uno de ellos era Terror en Amityville, la de Stuart Rosenberg. Para King, el tema de cómo se llegaba a adquirir, arrendar, esa propiedad, era más importante que el hecho de si estaba o no maldita o no por los crímenes cometidos en el pasado inmediato.

Así, la verdadera maldición, el verdadero desencadenante del Mal pasaba en la mente de un hombre en crisis y una casa adquirida gracias a una situación económica determinada. Desconozco si Rafa Martínez (el debutante director en el largometraje de Sweet Home) y la pareja que le acompaña en la escritura del guión conocían o comparten la teoría del autor de El resplandor (otro título capital del horror donde el espacio físico, la soledad, la locura y la amenaza se daban la mano…y alcanzaban todo su sentido postrero), pero la verdad es que el motor del terror de esta entretenida experiencia, ora angustiosa, ora gore, que es el film con una estupenda Ingrid García-Jonsson de scream queen, es el de la especulación inmobiliaria, el mobbing inmobiliario y nuestro aquí y ahora de desahucios. Como buen slasher de raíces ochenteras, a Sweet Home pronto le importa poco el hacer mensaje social o político al respecto de su trama: su letal, silencioso, sobrenatural y cuasi invencible monstruo criminal trabaja para yuppies de traje impoluto, sillón en consejos de administración bancarios e inmobiliaria pija… Y ahí se queda todo. Como esos referentes a los que cita y agradece Martínez en los créditos finales (John Carpenter por encima de todos), lo que interesa es el juego del gato y el ratón en un lugar cerrado y claustrofóbico (que encima emparenta con el de los [REC] de Jaume Blagueró y Paco Plaza, a quien se cita explícitamente en la película para no dormir navideña que emite la TV en el piso de la anciana al inicio de la película). Festival de sustos, carreras, gritos, situaciones a veces inverosímiles y un agradecido giro final hacia el gore más juerguista, Sweet Home, la nueva aportación Filmax al género, acaba pareciéndose más (sus dos asesinos son hermanos de sangre) a aquella yanqui Los ojos del mal fea y desagradable (como debe ser) no por casualidad también distribuida por Filmax.

A favor: Los estallidos de violencia gore.

En contra: ¿Por qué llama la chica a su propio móvil en el coche?