Críticas
3,5
Buena
Mortdecai

¡Por mis bigotes!

por Suso Aira

MortdecaiSi hay algo que siempre, pero siempre defenderé y aplaudiré en una película (en cualquier manifestación artística) es su capacidad de sorpresa, de singularidad e incluso de voluntario deseo de ser diferente, rara… sin perder jamás de vista el entretenimiento, por supuesto. Mortdecai es el mejor ejemplo de ello: un film hecho desde el más absoluto alejamiento de lo que la mayoría de los espectadores quiere ver hoy en una pantalla. Podría afirmarse que se trata de una obra con vocación suicida… Sí, esa es la impresión que nos da tras saber que ha sido uno de los mayores fracasos comerciales que se le recuerdan tanto a su autor (el siempre interesante y ecléctico David Koepp) como a su excéntrico (y para muchos ya cansino) protagonista: Johnny Depp.

Naturalmente no es este el primer fiasco en taquilla que resulta ser una pequeña y raruna gema a rescatar y a terminar, con el paso del tiempo, con la vitola de film de culto. Antes de que eso llegue, si es que llega, déjenme explicarles el porqué me ha divertido tanto este bigotudo Mortdecai. Reconozco no haber leído los libros en los cuales se basa la película, pero me han entrado muchas ganas de hacerlo y de comprobar si el tono de filigrana absurda y de humor Norman Wisdom que le ha dado Koepp estaba ya en sus páginas. Pero aunque no lo he hecho, sí que he entrado en las peripecias de esta suerte de Flint, agente secreto del arte trufadas de un sentido de la risa propio tanto de la escuela británica highbrow (no dejan de ser Depp y Bettany hijos lejanos de Jeeves y su señorito) como de la británica lowbrow (los Carry On de Gerald James y su troupe). La mayor virtud del film de Koepp (el cual también tiene defectos: los personajes femeninos no están demasiado a la altura, por ejemplo) es colocar a un personaje de una tira cómica vintage en un paisaje anacrónicamente despistado. Es como si Fletch el camaleón se paseara por el Puro vicio de Paul Thomas Anderson, o si el profesor Tornasol de Tintín se dejara caer en una trama de Ian Flemig. A mí estas cosas me ponen, y mucho.

A favor: su condición de perro verde.

En contra: si no soporta al Johnny Depp pasado de vueltas no es su película.