El esfuerzo constante por estar vivo
por Eulàlia IglesiasEl cineasta Joaquim Pinto se armó con una cámara para registrar en primera persona los efectos del tratamiento experimental al que se sometía durante un año a causa de su enfermedad. Pero E agora? Lembra-me sobrepasa la crónica personal de una terapia médica para convertirse en una película que contiene muchas otras: también es unas memorias que abarcan desde recuerdos personales hasta las colaboraciones de Pinto con grandes nombres del cine portugués y europeo como Joao César Monteiro o el exiliado Raoul Ruiz; un relato sobre la vivencia del SIDA desde que apareció en los años ochenta y empezó a cobrarse víctimas también en el mundo del cine y la cultura hasta día de hoy cuando ha devenido un síndrome a priori “estabilizado”; el seguimiento de la vida cotidiana de la familia que forman el matrimonio Joaquim y Nuno más sus perros en su casa en el campo donde se enfrentan al resdescubrimiento de la naturaleza y a los continuos incendios; un intercambio epistolar sobre los efectos de los retrovirales durante muchas horas de sueño interrumpido; un tratado sobre la historia de los virus y las bacterias; un ensayo sobre cómo filmar al amante que no quiere ser filmado pero tiene que ser cómplice obligado del rodaje; un seguimiento de la sintonía entre dos ritmos de vida dentro de una pareja; un retrato de un rostro y un cuerpo obligado a convivir con la enfermedad; una aproximación a cómo se puede vivir la religiosidad desde el escepticismo; una muestra de las consecuencias de la crisis económica global en una familia en particular; una perspectiva de cómo se ve España desde Portugal... y una de las historias de amor más hermosas jamás contadas.
Sonidista en más de un centenar de películas, productor (le debemos, entre otras, dos películas de Monteiro) y director de cine, Joaquim Pinto se desvela como un narrador extraordinario en primera persona, tanto desde las imágenes como desde la voz en off a través de las que hilvana pensamientos, sentimientos y observaciones. En forma de vídeo-diario, E agora? Lembra-me consigue el equilibrio perfecto entre lo personal y lo universal, entre la emoción y la reflexión: la película resulta íntima sin ser exhibicionista y consigue abarcar problemáticas colectivas desde la experiencia particular. Quizá por esa experiencia profesional en el campo del sonido donde uno debe estar atento a las señales más imperceptibles del entorno, ya desde el arranque la cámara de Pinto se detiene en las formas más humildes de vida: el film se inicia con uno de los muchos bichejos del jardín que irán apareciendo a lo largo del metraje y concluye con un último plano que contempla desde el coche un camión atiborrado de pavos camino del matadero. E agora? Lembra-me contiene muchas películas en una que nunca se agota, pero ante todo detalla ese “esfuerzo constante por estar vivo” incluso en sus expresiones más nimias.
Lo mejor: que se estrene comercialmente uno de los mejores films de los últimos años.
Lo peor: asustarse por su duración.