Críticas
2,0
Pasable
Todo saldrá bien

El escritor fantasma

por Xavi Sánchez Pons

Siete años ha tardado Wim Wenders en volver a la ficción. Este último lustro y medio el alemán se ha resguardado en el documental, género que domina y practica desde sus inicios en esto del cine; con el que ha conseguido éxitos de crítica y público, sin ir más lejos el reciente La sal de la Tierra. Esa temporada en barbecho, más un reparto de campanillas encabezado por James Franco y Charlotte Gainsbourg ha rodeado de cierto hype a Todo Saldrá bien, y la verdad es que la película no está a la altura de las expectativas creadas. Lo nuevo de Wenders en un drama plano, sin nervio y vida interior, sobre la inmadurez emocional de un escritor narcisista –un no muy inspirado Franco-, que solo levanta el vuelo a ratos gracias sus coqueteos con el cine de suspense algo turbio.

Toda saldrá bien es una película río, llena de elipsis, que tiene en el personaje de Franco su vórtice argumental, su vida y milagros sazonan toda la historia: sus problemas afectivos, su carrera como escritor de éxito, sus crisis vitales y sus via crucis personales. Sobre el papel la idea de retratar las peripecias de un sujeto falto de empatía, un niño grande aspirante a héroe de las letras que solo piensa en el mismo, es interesante y cien por cien cinematográfica, pero Wenders fracasa en su empresa por diversos motivos: una puesta en escena de artesano casi de telefilme, la nula capacidad dramática de un James Franco incapaz de dar profundidad a su personaje, y el desaprovechamiento de una plantel de actrices de aúpa que aquí funcionan como meras comparsas del protagonista masculino: Charlotte Gainsbourg, Rachel McAdams y Marie-Josée Croze merecían algo más.

En conjunto Toda saldrá bien es una obra fallida, como lo vienen siendo el cine de ficción de Wenders desde principios de los noventa, pero eso no es óbice para encontrar algún buen momento en su metraje. Como por ejemplo el accidente de coche que sufre Franco en los primeros minutos de la película, elemento catalizador de la historia, en el que su personaje atropella y mata de forma fortuita a un niño, una secuencia rodada con una planificación y tempo dignos de un filme de suspense, beneficiada también por unas localizaciones nevadas que amplifican el desenlace fatal.

A favor: sus devaneos con el thriller turbio

En contra: un James Franco en horas bajas