Críticas
2,0
Pasable
La señal

Encuentros en la cuarta fase

por Xavi Sánchez Pons

La ciencia ficción ha encontrado en estos últimos años un aliado inesperado en el cine independiente norteamericano. Desde mediados de la década pasada son muchos los cineastas que han cultivado el género desde el ingenio y los presupuestos ajustados. La nueva ola de indies metidos a la sci fi la abrió Shane Carruth en 2004 con la sobrevalorada pero interesante Primer, y luego le siguieron películas de culto como la reivindicable El hombre de la Tierra, la fantástica Otra tierra de Mike Cahill y pequeñas maravillas como Seguridad no garantizada, la cinta de ColinTrevorrow que se atrevía a coquetear con la comedia romántica, y Coherence. Fuera de la órbita yanqui dos son las películas que han dado lustre al género en esta nueva ola, las celebradas Los cronocrímenes de nuestro Nacho Vigalondo y la británica Moon. Dentro de este resurgir del género en ámbitos independientes es donde cabe situar La señal, filme surgido de la cosecha 2014 del festival de Sundance.

La segunda película como director de William Eubank, y también su segunda incursión en la sci fi cinematográfica tras la inédita en España Love, es un desigual monstruo de Frankenstein de dos cabezas plagado de guiños a clásicos del género (Matrix, Nivel 13, Akira). A su favor juega su bellísima factura (Eubank se curtió en esto del cine como director de fotografía), la cinta luce más de lo que se puede esperar por su presupuesto, y una primera hora bien urdida con la conspiranoia y pequeños pero resultones conflictos dramáticos de fondo. Ahora bien, donde La señal no convence y echa por tierra todos los aciertos de su primer tramo es en el desenlace, cuando se descubre el pastel y todo es demasiado histriónico en la forma, se esfuma el oficio y la sugerencia, y el clímax es demasiado exagerado para creérselo. Es obvio que la ciencia ficción no necesita de una coartada realista, pero si tiene que resultar verosímil, y eso no sucede aquí. La elegancia, suspense y las bien planteadas incógnitas de la película son dilapidadas por un poco trabajado todo vale final, una facilona justificación de una compleja historia; un gato por liebre en toda regla. Pese a todo, recuerden el nombre de William Eubank, en La señal hay suficientes buenas ideas de guión y de puesta en escena para apostar por él en el futuro.

A favor: Su primera hora te mantiene en vilo.

En contra: Su desenlace demasiado grandilocuente a lo deus ex machina no convence.