Críticas
3,5
Buena
Hardcore Henry

Perseguido

por Xavi Sánchez Pons

Hace al menos tres décadas que el lenguaje visual de los videojuegos entró a formar parte de los recursos utilizados por algunos cineastas para contar sus historias. Desde adaptaciones directas (Silent Hill, Resident Evil, Tomb Raider, House Of The Dead), a blockbusters que estructuran su desarrollo y las escenas de acción como si de un juego de consola se tratara (Star Wars: Episodio II - El ataque de los clones o la saga de El corredor del laberinto). 

¿Qué aportó ese lenguaje al séptimo arte? Apunten: más delirio en las escenas de acción; el cambio de ambientes y escenarios constante (como si pasáramos de pantalla en pantalla); el uso desprejuiciado del deus ex machina; y, porque no decirlo también, una relajación narrativa que, ojo, a veces se traducía en relatos abstractos de poderosa atmosfera. Pues bien, Hardcore Henry, un tebeo de acción ultraviolento de producción rusa, lleva un poco más allá eso del espíritu consolero en el cine. Y es que ostenta el honor de ser el primer actioner rodado en su totalidad usando solo la cámara subjetiva y en primera persona. Vamos, como si fuera un shooter a lo Doom (que fue llevado al cine), Halo o Quake.

Ilya Naishuller, apadrinado por Timur Bekmambetov (una de las figuras actuales del cine de acción barroco. Director, entre otras, de Wanted y la saga de los Guardianes de la noche), consigue armar una pirueta visual la mar de disfrutable sobre un ciborg rebelde (el Henry del título) que, casi por instinto, luchará por seguir con vida. Y lo hará con la ayuda de un científico loco y sus diversos clones (un memorable Sharlto Copley en modo multitarea). Saltando de set piece en set piece, de pantalla en pantalla (una de las mejores tiene lugar en un prostíbulo a ritmo de “Strychnine” de The Sonics), en una suerte de Crank: Veneno en la sangre 2.0 que, si bien no es del todo original (hay escenas calcadas al clásico protagonizado por Jason Statham), sí que aumenta las dosis de gore y disparate actioner (hay planos que funcionan como un truco de magia en los que surge la pregunta: ¿Cómo diablos lo habrán hecho?); además de presentar un twist sci-fi: ese desenlace a lo Scanners meets La Furia). Hardcore Henry también podría ser descrita como el hijo bastardo del cine de la Cannon más pasado de vueltas, que aquí cambia casi totalmente lo analógico por lo digital. Decimos lo de casi porque conserva un elemento tradicional a lo Golan-Globus y producciones como Delta Force que le otorga algo de calidez entre tanto bit: un equipo generoso de stunts de acción que se deja la piel en cada plano.

A favor: los múltiples personajes de Sharlto Copley.

En contra: el formato de cámara subjetiva puede llegar a aturdir.