Críticas
4,5
Imprescindible
Ahora sí, antes no

Volver a empezar

por Eulàlia Iglesias

En su decimoséptimo largometraje, el segundo que se estrena comercialmente en España, Hong Sang-soo nos recuerda una vez más por qué se ha convertido en uno de nuestros favoritos infalibles. Estas son algunas razones por las que Ahora sí, antes no resulta igual y al mismo tiempo diferente al resto de películas del cineasta surcoreano.

Las variaciones Hong

Desde Hahaha (2010), las películas de Hong Sang-soo combinan variantes de una misma historia siempre centrada en algún tipo de relación amorosa. Aquí el flirteo entre un director de cine y una aspirante a pintora a lo largo de una jornada se explica dos veces, de manera que las pequeñas pero determinantes diferencias entre ambos relatos conducen a finales totalmente diferentes en lo que al estado de ánimo de los personajes se refiere.

Realismo o ensoñación

En su segunda mitad, el personaje masculino Ham Cheon-soo descubre a la protagonista Yoon Hee-jeong sentada en el templo tras quedarse medio dormido mientras visitaba el lugar. Es uno de esos muchos detalles que casi pasan desapercibidos en la película, pero que refuerzan una idea que transita por buena parte de la filmografía del director: quizá todo este flirteo ha sido una ensoñación por parte del protagonista. De todas formas, Ahora sí, antes no no juega tanto a adentrarse en esta dimensión entre onírica y fantástica como, pongamos por caso, Nobody's Daughter Haewon (2012) o sobre todo The Day the He Arrives (2011), que difuminaba lo suficiente las acotaciones temporales como para corroborar la tesis loca de que los personajes del cine de Hong son viajeros en el tiempo que repiten con variantes una y otra vez la misma historia. ¿Acaso la segunda versión de la historia de este film no podría entenderse como la segunda oportunidad que se da el personaje para enmendar aquello que no hizo bien en la primera?

Autoparodia

"¡Oh, claro que lo conozco, usted es un director muy prestigioso! No, no he visto ninguna de sus películas"... De esta manera más o menos reacciona la protagonista cuando se entera de la identidad del protagonista, un trasunto del propio Hong que tiene muy clara su condición de cineasta reconocido a cierto nivel cinéfilo pero cuyas películas apenas son vistas más allá de los circuitos especializados. Esta es una de las películas de Hong donde el personaje principal funciona más como su propio álter ego, aunque el retrato de cierta escena ligada al mundo del cine se limita a los prólogos y epílogos de la película. Hong no ahorra cierta sorna hacia su propia condición de cineasta de renombre sin éxito comercial y a las dinámicas que acompañan los circuitos del cine de autor.

Soju

Los clímax a la vez cómicos y dramáticos del cine de Hong van ligados como no sucede en casi ningún otro cineasta al consumo de alcohol. En otro de sus films, HaHaHa, cada brindis entre los personajes puntuaba sus diferentes pasajes. Aquí acompañan la progresiva embriaguez del personaje. Uno de los momentos cumbre del film es el plano fijo (x 2) en el bar de sushi en que Ham Cheon-soo mantiene una conversación romántico-beoda con Yoon Hee-jeong durante un tiempo más que meritorio. Es una de esas escenas de apariencia simple pero plasmación compleja que ponen de manifiesto la maestría de Hong.

Cuento moral

Nada más lejos del sermoneo que una película de Hong Sang-soo. Sin embargo, y a la manera del cine de Éric Rohmer con el que tanto se le comparaba al inicio de su carrera, Ahora sí, antes no encierra cierto tono de cuento moral en torno a la honestidad. Si en la primera versión de la historia, aquella que empieza con buen pie pero discurre fatal, el personaje acaba siendo víctima de su propia palabrería seductora pero vacua (cuando la amiga de la protagonista se da cuenta que las hermosas palabras que ha dedicado a los cuadros de la chica son las que repite en las entrevistas para explicar sus propias películas), en la segunda, el hecho de que decida ser sincero respecto a lo que piensa de la pintura de la chica y de su propio estado civil repercuten a largo plazo en el buen rollo con que concluye esta historia.

Mujeres

Los protagonistas de los films de Hong suelen ser hombres enamoradizos con propensión a beber. La atracción por una chica representa el motor de buena parte de las películas del cineasta. Aunque no ha vuelto a dedicar todo un film al desarrollo de una una historia de amor como llevaba a cabo al principio de su filmografía, Ahora sí, antes no es, de sus films recientes, aquel en que la relación entre un hombre y una mujer, sin apenas otras variantes y personajes, vuelve a ocupar la centralidad del metraje.

Queremos tanto a Hong

La aparente simplicidad y naturalismo de la puesta en escena de Hong esconde unas decisiones muy concretas sobre la puesta en escena, los encuadres, las variantes en torno al punto de vista (en esta película claves por ejemplo en la escena en el taller de la pintora), las elipsis (que inciden en quebrar la ilusión realista de sus películas) o la planificación. Las conexiones entre las diferentes historias resultan mucho más sutiles y potentes de lo que normalmente se deduce en una primera lectura de sus filmes. La práctica ausencia de primeros planos y el hecho de que el director recurra al zoom para reencuadrar en las escenas más cruciales a nivel dramático propician que a primera vista las películas de Hong parezcan livianas y simples. Sin embargo pocos cineastas en la actualidad manifiestan una empatía por la naturaleza humana como este coreano por el que no podemos más que sentir una inmensa debilidad.

A favor: Jung Jae-young, un espléndido alter ego de Hong Sang-soo con un punto de galán.

En contra: Que la aparente sencillez de la película provoque rechazo.