Críticas
3,0
Entretenida
Órbita 9

Amor en la nave a la deriva

por Paula Arantzazu Ruiz

Si algo no se le puede achacar al cine español de los últimos cinco años es su voluntad de querer transitar por géneros poco habituales. Después de la buena acogida del cine fantástico practicado por Balagueró, Plaza, Bayona y demás cineastas, junto a la hornada de policíacos y thrillers de nuevo cuño, en 2017 la industria ha dado el salto al relato bélico en Zona hostil y, ahora con Órbita 9, de Hatem Khraiche, a la ciencia-ficción romántica. Producciones, por tanto, de diseño ambicioso y notable que, por otra parte, al menos estos dos últimos ejemplos, no acaban de manejar con la precisión deseada el relato que tienen entre manos.

En Órbita 9, Khraiche –quien debuta en el largo después de escribir los guiones de títulos como La cara oculta (Andrés Baiz, 2011) o Retornados (Manuel Carballo, 2013), y de cortos como Audacia (2012)– plantea un futuro en el que la Tierra está extinguiéndose a causa del consumo desenfrenado de los recursos naturales y la humanidad ha comenzado a enviar a miembros de nuestra especie en misiones de colonización de nuevos planetas. Helena, el personaje interpretado por una musculada y al tiempo delicada Clara Lago, es una de las elegidas y se encuentra encerrada desde que nació en una nave camino a un universo desconocido. Hasta que conoce a Álex (Álex González), un ingeniero enviado por la compañía para solucionar un problema técnico con el oxígeno de la nave. O eso dice él.

Ciencia-ficción, thriller romántico y acción futurista, Kraiche sabe desenvolverse a la hora de explotar la sensación de extrañeza de un futuro sin horizonte, gracias en buena parte a unas localizaciones muy bien escogidas y sobre todo muy bien filmadas, de Bogotá a Medellín o incluso Vitoria. Es cierto, por otra parte, que en Órbita 9 hay muchos préstamos reconocibles en según qué planos y según qué ideas, pero el director al menos sabe trasladar sus influencias al ámbito hispano con corrección. Otra cosa es la pericia del cineasta en lo que a manejar los cambios de género se trata, y la película navega en ocasiones por una marejada arrítmica que tal vez se fija demasiado en la trama romántica que en las cuestiones futuristas, por lo que deja en manos de sus dos protagonistas, con menos éxito del esperado, el peso de una cinta quizá demasiado compleja y ambiciosa. Pese a las fisuras, algunas interpretativas, Órbita 9 da un salto importante en nuestro cine que esperemos no tenga viaje de vuelta.

A favor: Su ambición creativa.

En contra: Hay algunos flecos en la construcción de los personajes que le restan potencia a la historia.