La Chistorra Elemental
por Alejandro G.CalvoSería bonito plantear Holmes & Watson como el cierre de una trilogía a cuatro manos entre los actores John C. Reilly y Will Ferrell que, tras desencajarnos la mandíbula con Pasado de vueltas (2006) y Hermanos por pelotas (2008), regresan ahora en los pantalones de los míticos Sherlock Holmes y John Watson en lo que tanto se explicaría como una spoof movie satirizando el Sherlock Holmes (2009) de Guy Ritchie o, aún mejor, una versión seria de Holmes & Watson. Madrid Days (2012) de nuestro querido José Luis Garci. Con un 10/100 en Rotten Tomatoes, nominada a nosecuantos Razzie –nunca me han interesado lo más mínimo esos premios- y vilipendiada por la crítica de, prácticamente, todo el globo terráqueo, parece obligado que cualquier cronista serio –no lo soy- no pierda más de tres minutos en esta puesta al día del cine de Mariano Ozores –si cambiáramos a Ferrell y Reilly por Pajares y Esteso tampoco se notaría tanto- a modo de nota a pie de páginas de las miles de adaptaciones corridas por los personajes de Sir Arthur Conan Doyle.
La película, dirigida por Etan Cohen, autor de algunos de los guiones de comedia más brillantes y divertidos de principios de siglo: Idiocracia (2006) y Tropic Thunder (2008), arranca con una cita de Hannah Montana apelando a la voluntad del ser, dejando claro de entrada que el cachondeo padre que le seguirá a lo largo de los siguientes noventa minutos no piensa tomar prisioneros: el humor cafre, la brocha gorda, chistes sobre “salchichones y huevos”, trompazos a diestro y siniestro y guiños constantes entre pasado y presente (inclusive tortazo a la democracia norteamericana y, por ende, a Donald Trump) y un espíritu irredento que convierte la pedorreta en una arcada-más-vómito (literal) que hará las delicias de aquellos que no temen reírse de cualquier cosa a cualquier hora y a cualquier precio. Para que el lector se haga una idea: no estaría de más una sesión triple en una televisión de madrugada entre Torrente 5: Operación Eurovegas (2014), Rey Gitano (2015) y Holmes & Watson.
¿Eso significa que la película es mala? Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmh… probablemente. Pero no necesariamente más mala que otras películas de ese bestia de la comedia que es Will Ferrell. Es cierto: en esta ocasión está más cerca de cosas como Dale duro (2015) y Los amos de la noticia (2013), que de deliciosas chifladuras como Casa de mi padre (2012) o Patinazo a la gloria (2007). Pero eso no quita que los que disfruten con el arte de Ferrell de convertir la imbecilidad supina en algo digno de colgar en el Louvre vayan a espantarse. Los márgenes para la creación de carcajadas made in Ferrell quizás se ensanchen un poco, pero no por eso deben defraudar a los conversos. Holmes & Watson es tan idiota como han querido sus creadores que sea, pero eso no implica que los que disfruten de ella hagan de la idiocracia su particular bandera.