Críticas
3,5
Buena
A Silent Voice

Expiación

por Xavi Sánchez Pons

Algún día tendríamos que hacer en SensaCine una lista de animes japoneses de alto voltaje emocional protagonizados por niños o adolescentes. Películas que superan con creces las catarsis emocionales –que ya es decir- de la Pixar y sus competidores estadounidenses. La lista sería larga y, por citar algunos títulos recientes, estaría formada por maravillas como El niño y la bestia, Ancien y el mundo mágico o Your name. A Silent Voice, estrenada originalmente en Japón hace dos años y que aquí pudimos ver por primera vez en la pasada edición del Festival de Sitges, sería otra candidata para entrar en la selección. Un filme complejo sobre el bullying que parte de un manga de Yoshitoki Ōima, dirigido por una de las mujeres directoras con más proyección del cine de animación nipón actual, Naoko Yamada.

Anime ambicioso y adulto que se atreve a tocar sin miedo y desde un montón de puntos de vista el acoso escolar, A Silent Voice cuenta las consecuencias que ese abuso causa en la víctima y en el verdugo –y sus respectivas familias-, y también en los compañeros cómplices y los simples espectadores. El trazo y la animación que utiliza Yamada son impresionistas; un encaje de bolillos que en su primera hora propone diversos saltos en el tiempo, para luego coger la forma de un puzzle emocional en el presente lleno de vericuetos dramáticos. La película es rica en hallazgos visuales: esa manera de rodar de forma fragmentada los encuentros entre la adolescente sorda que sufrirá el acoso y el joven que los inflige y luego arrepentido, para explicar la relación dañada que comparten y su incapacidad para comunicarse; Shoko apenas puede oír y tiene dificultades para hablar, y Shoya es incapaz de procesar las emociones que siente al ver a su nueva compañera en la escuela.

En los primeros minutos de A Silent Voice, se puede escuchar a todo trapo el “My Generation” de The Who, y la elección de esa canción no es casual. La intención aquí es realizar un retrato generacional que no esquiva temas tabú (el suicidio está presente durante todo el metraje) y que gira entorno a la idea de como un suceso trágico sufrido en la infancia-adolescencia nos puede dejar tocados y hundidos durante un largo tiempo si no nos enfrentamos a ello, lo interiorizamos y lo superamos. El filme de Yamada, que a veces peca de dar vueltas sobre sí mismo y de cierto cripticismo, es una historia de expiación y redención sobre lo complicado que es encontrar la paz interior y tu lugar en el mundo. A Silent Voice nos viene a decir que no es fácil encontrar esas dos cosas, pero que al final, con trabajo, se acaban consiguiendo.

A favor: La complejidad con la que trata el tema del bullying.

En contra: Su excesiva duración.