Críticas
3,0
Entretenida
Monos

No hay futuro

por Quim Casas

Tiene Monos elementos que nos pueden hacer pensar en El señor de las moscas, quizá también en Viento en las velas y otros relatos de iniciación y supervivencia infantil. El discurso, en todo caso, queda articulado en un contexto bien distinto al de aquellas novelas y películas, el de la violenta y conflictiva Colombia. Los monos del título son un grupo de niños guerrilleros que viven en un campamento en la cima de una montaña. Están a las órdenes de un sargento paramilitar y tienen una sola misión, vigilar a una doctora estadounidense que han tomado como rehén.

La película explora este peculiar microcosmos, las relaciones de poder y de edad, las consignas ideológicas, el adiestramiento y militarización del miedo… Su director, Alejandro Landes, tiende a veces a un virtuosismo visual que choca con el contenido tan crudo y desnudo de la historia. No es una contradicción, en todo caso un defecto. Filmando de una manera muy concreta –algo arty podríamos decir– en unos paisajes abruptos y fascinantes, pretende e intenta crear una suerte de realidad paralela al confrontar a los jóvenes guerrilleros con su propia identidad y, finalmente, con su uso de la violencia sin sentido alguno.

De este modo se consiguen, ciertos, pasajes bastante alucinantes y tan desquiciados como lo es el comportamiento de los pequeños guerrilleros a medida que avanza la historia. No hay futuro. No es ninguna consigna punk, es la realidad que les espera más allá de la cima de la montaña que creían haber coronado como representantes de una nueva identidad colombiana. La Historia les ha quitado su infancia. No la tienen ni podrán recuperarla. En esto se parece a las novelas de William Golding y Richard Hughes adaptadas al cine por Peter Brook y Alexander Mackendrick. Monos es un filme sin esperanza. No solo por los personajes y sus características. También porque el director acaba filmando con más entereza los paisajes que las personas, como si quisiera negarles cualquier atisbo de nuevas promesas e ilusión.