Críticas
3,5
Buena
Alanis

La mamá y la puta

por Paula Arantzazu Ruiz

Uno de los grandes aciertos de Alanis, el quinto trabajo de la cineasta argentina Anahí Berneri y que mereció el premio a la Mejor dirección y a la Mejor actriz (Sofía Gala) en el reciente Festival de San Sebastián, es el perfil de su protagonista, una madre prostituta cuyo cuerpo libra una auténtica batalla, sea porque lo utiliza como fuente de ingresos, sea porque la película relata su desesperación por encontrar un lugar donde ejercer después de que la echen del apartamento que utilizaba para encontrarse con los clientes.

Esta mamá puta, una dicotomía absolutamente transgresora bajo los parámetros actuales del patriarcado, y que Berneri transforma en imágenes de una carnalidad casi sacra, aunque parezca un oxímoron –como en la escena que muestra a la protagonista amamantando a su bebé recostada en la cama donde hace unos momentos ha estado con un cliente–, se presenta como una mujer en resistencia y siempre bajo una mirada naturalista que no toma juicios de valor sobre un tema que obliga a posiciones encontradas. Berneri prefiere seguir a Alanis en busca de una dignidad que nadie –ni policías, chulo, jueces, clientes– quiere encontrar en el personaje. Por ello, cuando nos enfrentamos a la escena de sexo que toda película sobre la prostitución contiene lo que vemos (y lo que se nos enseña) es el desencaje de una mujer que grita y maldice a una sociedad que le da por culo mientras al mismo tiempo le da la espalda. Es una secuencia impactante, que Berneri filma centrándose en el rostro de su personaje insultando, fuera de sí.

A favor: La poderosa presencia de Sofia Gala.

En contra: Su postura sobre la supuesta libertad de la mujer para usar el cuerpo como valor de cambio provocará posiciones encontradas.