Críticas
3,0
Entretenida
Un domingo cualquiera

Domingos de fútbol americano

por Miguel Blanco

Oliver Stone ha dedicado casi la totalidad de su filmografía a tratar temas de la actualidad de los EEUU, tanto en lo referente a política interior (sus películas de presidentes 'J.F.K.', 'Nixon' y la reciente 'W.'), exterior ('Salvador', 'Platoon'), pero también temas menos concretos como la economía ('Wall Street') y, en general, la cultura de consumo que el país norteamericano ha exportado a todo el mundo.

En esta sociedad de consumo de masas una parte fundamental se basa en la explotación de los eventos deportivos. Así que Stone, siempre en la brecha, hizo una película sobre el tema, 'Un domingo cualquiera'. Y Stone tiene muy claros sus objetivos: desnaturalizar el hecho deportivo cuando este se convierte en puro objeto consumible. Tejer toda una serie de relaciones que no se mueven más que por la explotación económica. En este sentido, el fútbol americano es el deporte que mejor casa con esta idea. Un espectáculo lleno de cámaras, donde el entrenador y los jugadores tienen contacto instantáneo a través de micrófonos, y constantes explosiones de violencia que agitan al público, como cuando a uno de los jugadores se le sale el ojo de su órbita tras un contacto violento y la realización televisiva lo filma en primer plano.

Stone hace un retrato panorámico que incluye tanto a jugadores y entrenadores, como directivos, periodistas y todo el mundo que rodea a este deporte que ya ha dejado de serlo para convertirse en un escenario de músculo, carne y sangre.

A favor: Es un monumento sobre la cultura del espectáculo en EEUU, creador a partir de algo tan banal como el deporte.

En contra: El montaje epiléptico de Stone termina por marear.