Amor interracial con ritmo
por Diana AlbizuFrente a la idea preconcebida que imagina a todas las películas para adolescentes como una sucesión de clichés inagotables que comprenden fiestas, lenguaje malsonante, omnipresentes referencias sexuales y continuo consumo de drogas dentro de un contexto de comedia ligera interpretada por veinteañeros haciéndose pasar por chavales más de un lustro menores, las películas de baile urbano que eclosionaron durante la última década (especialmente las encuadradas dentro de la saga 'Step Up') lo refutan. Repasan la misma colección de motivos y lugares comunes, pero desde una perspectiva seca y con cara de seriedad. Eso es lo que sucede con 'Espera al último baile' que, con espíritu de filme apto para proyectar en institutos, utiliza la liberación artística y física de la danza como leit-motiv para una historia de amor interracial, interclasista e intemusical representada por el ballet de Julia Stiles y el baile hip-hop de Sean Patrick Thomas. Dos universos equidistantes (y con su propio background de autoinculpación con motivo de muertes y crímenes, para que no falte nada) que se abrazan en la pista de baile de un romance genérico no exento de valiosas lecciones para los más jóvenes acerca del esfuerzo y la voluntad de superación.
A favor: La mayoría de los adolescentes son retratados como adultos, capaces de tomar decisiones equivocadas pero también reflexionar sobre ellas.
En contra: Es completamente inofensiva y funcional en su mensaje.