Juego de identidades en Sevilla
por Eulàlia IglesiasDespués del éxito de 'Tesis' y 'Abre los ojos', el guionista habitual de Alejandro Amenábar decidió probar suerte también en la dirección trasladando al cine esta novela de Juan Bonilla. Gil siguió contando con el padrinazgo de Amenábar, que se encarga de la banda sonora y con su actor de referencia entonces, Eduardo Noriega, para desarrollar un thriller muy cercano en tono a los dos films que había escrito para su colega.
'Nadie conoce a nadie' parte de un carismático localismo sevillano para ofrecer una ambiciosa película de acuerdo con las modas de entonces. En el argumento se mezclan los escenarios de la Expo 92, los juegos de rol y una serie de jóvenes que hacen trampa con sus identidades, entre ellos un Jordi Mollà desatado como siempre en su interpretación. En su voluntad de ofrecer una trama enrevesada, Gil se acaba complicando demasiado la vida, por lo que 'Nadie conoce a nadie' roza constantemente con la inverosimilitud.
A favor: cómo se aprovecha el imaginario propio de Sevilla a favor de la trama.
En contra: ay, la dicción de algunos actores españoles.