Críticas
3,0
Entretenida
El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)

La motivación, por Taika Waititi

por Sara Heredia

Taika Waititi lleva tiempo siendo un director 'feel-good' con grandes aportaciones al subgénero. Para empezar, tomó el legado de James Gunn en Marvel y dirigió Thor: Ragnarok (2017) y Thor: Love and Thunder (2022) con mucha ligereza, humor y desenfado -algo que, personalmente, agradezco enormemente, siempre es mejor el superhéroe que no se toma muy en serio-. También está detrás de Jojo Rabbit (2019), una preciosa película sobre la invasión nazi que consigue añadir ternura en uno de los episodios más oscuros de la historia.

En 2023 sigue esta tendencia con Next Goal Wins -El peor equipo del mundo en su título en España-. La cinta cuenta una historia real demasiado increíble para ser cierta. En 2001, durante las clasificaciones para la Copa del Mundo de 2022, el equipo de fútbol nacional de Samoa Americana fue derrotado por Australia con un fatídico marcador de 31 goles a 0. Fue la mayor goleada de la historia del fútbol internacional y, como podrás imaginar, un duro golpe para los jugadores.

10 años después, el equipo recibió al neerlandés Thomas Rongen como entrenador y todo empezó a cambiar. Aquí es donde empieza la historia Waititi, quien vierte en la película todo su buen espíritu, optimismo y ternura para contar una historia que tiene muy poco de fútbol y mucho de trabajo en equipo desde la confianza. Es casi como un Ted Lasso samoano donde importa más la actitud humana que las aptitudes físicas.

Liderando el reparto están Michael Fassbender, quien también controla bastante bien eso del carisma e interpreta al entrenador Thomas Rongen. Otra de sus protagonistas es Kaimana, quien da vida a Jaiyah Saelua y, precisamente ella, es uno de los grandes valores del filme. Jaiyah es una fa'afafine -conocido como el tercer género de la sociedad polinesia- que fue clave para la victoria de su equipo. Es de agradecer que el director se interese por explorar una cultura tan desconocida para Occidente y que nos dé de bruces con la realidad de que no estamos tan avanzados como creemos.

Waititi cumple correctamente como director. Aunque está lejos del encanto de Jojo Rabbit, en su nueva película mantiene ese espíritu cálido y entrañable que, poco a poco, va tejiendo su filmografía y le va haciendo identificable respecto a otros creadores. El neozelandés consigue sacarnos una sonrisa aunque no se trate de su mejor trabajo.