La prueba de que la saga de ciencia ficción es inagotable
por Alicia P. Ferreirós"¡Maniáticos! ¡Lo habéis destruido!". Han pasado 56 años de la famosa secuencia en la que Charlton Heston, en la piel del astronauta George Taylor, gritaba desesperado a lomos de su caballo frente a las ruinas de la estatua de la libertad, pero la escena, el final de El planeta de los simios de 1968, primera adaptación de la novela homónima de de 1963 del autor francés Pierre Boulle, sigue siendo recordado como uno de los desenlaces más impactantes de la historia del cine. Lo que probablemente entonces no sabía Franklin Schaffner es que su película sería el comienzo de la saga de ciencia ficción más longeva de la historia.
Más de medio siglo después del giro de guion del largometraje que lo comenzó todo, la décima película de la franquicia retoma el universo con El reino del planeta de los simios, un filme dirigido por Wes Ball, director de la saga postapocalíptica juvenil de éxito El corredor del laberinto y experto en efectos visuales, que insufla nueva vida a la saga de la mano de una nueva historia, pero manteniendo el legado de sus predecesoras.
Tras el final de la trilogía de orígenes con La guerra del planeta de los simios en 2017, 20th Century Fox -ya adquirida por Walt Disney Company- tuvo claro que a la franquicia le quedan episodios por contar. Ahora que ya sabemos cómo se produjo el avance de los simios y cómo la humanidad llegó a su extinción ante la imposibilidad de coexistencia de ambas especies, El reino del planeta de los simios nos conduce 300 años en el futuro para presentarnos un mundo en el que los simios son la especie dominante y en el que el mensaje y las enseñanzas de César, ya desvirtuadas, siguen siendo símbolo y legado del reinado de la especie, aunque ahora se agrupan en diferentes clanes.
En este contexto, el protagonista de la película, Noa -interpretado por Owen Teague como nuevo líder de esta etapa de la saga-, un joven simio perteneciente a un clan que domestica a las águilas, se prepara para iniciarse en la vida adulta cuando otro clan tiránico que pretende construir un nuevo imperio causa estragos en su comunidad. Decidido a rescatar a su familia, el joven simio comienza un viaje lleno de peligros junto a una acompañante inesperada, una humana interpretada por la actriz de The Witcher, Freya Allan, y muchas dudas sobre el pasado de sus ancestros y el papel que los humanos jugaron en él.
Si eres fan de la saga, no existe un universo en el que no vayas a disfrutar también de esta nueva propuesta. A nivel de historia y sin ánimo de revelar demasiado, la película plantea una propuesta de lo más interesante de la mano de nuevos protagonistas y una gestión del legado anterior perfectamente equilibrada; mientras que, a nivel visual, es sencillamente, una auténtica gozada: desde la animación digital hasta sus impresionantes escenarios, pasando por su banda sonora y terminando con la epicidad de sus numerosas escenas de acción. Y tiene pinta de que solo estamos en el primer capítulo de algo más grande.