Críticas
0,5
Pésima
Solo, el destructor

Ciencia ficción irrisoria

por Rodolfo Sánchez

Un vistazo a la trayectoria de Noberto Barba, director de, por decirle de algún modo, de Solo, el destructor (el título deja claro ante lo que nos enfrentamos), da escalofríos.

Esta, su segunda película, sorprende, para nada de manera grata, aunque sí curiosa, por su capacidad para tomar elementos e ideas de otras películas de ciencia ficción sin escrúpulo alguno para dar forma a una historia que resulta estrambótica en su revoltijo narrativo y penosa en su tratamiento visual. Protagonizada por el entonces algo conocido Mario Van Peebles, Solo, el destructor no es nada más que una cinta de acción con pretensiones profundas que no alcanza ni a las peores películas del género. Resulta, eso sí, triste que tomando tantas ideas ajenas sus responsables no hayan sido capaces de hacer algo al menos decente, porque la novela de Robert Mason de la que parte, entendemos, es también una simple excusa para este despliegue de acción, músculo, pirotecnia y ciencia ficción de baratillo.

A favor: Que de insólita que es su propuesta acaba enganchando…

En contra:…que acaba enganchando para reírse del planteamiento.