Críticas
4,0
Muy buena
Twisters

Un gran soplo de aire fresco

por Tomás Andrés Guerrero

Podríamos calificar Twisters como una rareza en 2024: una secuela -o más bien 'reboot'- que realmente merece la pena. Es curioso hablar de sorpresa agradable una película que describe la enorme devastación causada por los tornados. Pero, al igual que los fenómenos meteorológicos que persiguen los protagonistas, este 'blockbuster' veraniego ha surgido de la nada.

Sin ser exactamente una secuela de la exitosa superproducción de 1996, Twister, dirigida por Jan De Bont, Twisters mantiene el espíritu creativo de su predecesora. En aquella cinta, dos grupos de científicos persiguen tormentas y tornados para estudiar su comportamiento y compiten por ser los primeros en obtener resultados. Además de los efectos especiales innovadores, la original de 1996 también exploró un romance entre los protagonistas. La secuela, dirigida por Lee Isaac Chung, es un nuevo hito del cine de catástrofes.

La película aborda temas como los conflictos entre intereses corporativos y motivos altruistas, así como la perseverancia de las comunidades frente a elementos hostiles. Los tornados, temidos y respetados, también atraen a los amantes de la adrenalina. En lugar de luchar contra dragones o hombres lobo, los personajes enfrentan la fuerza de la naturaleza. Twisters destaca por sus efectos visuales impactantes, escenas memorables y un clímax impresionante, además de un sólido trabajo de personajes por parte de un talentoso y carismático reparto. Aunque presenta algunos errores sutiles, en última instancia, ofrece un emocionante viaje frente a las amenazas naturales.

No es necesario ver la película de 1996 para entender la trama de Twisters. Ambas comparten vibraciones similares y un impresionante acabado visual. A pesar de ser una secuela o ‘reboot’ de una película que se estrenó hace casi 30 años, esta nueva entrega destaca sorprendentemente en el actual panorama de superproducciones, al igual que lo hizo su predecesora. Esperemos que tenga suerte en una cartelera poblada de franquicias y filmes que son como un pan sin sal.