Capitanes intrépidos
por Miguel BlancoTras un lustro de silencio, el director australiano Peter Weir volvió a dirigir un film. En esta ocasión una lujosa renovación del cine de piratas, o, utilizando el eufemismo británico, de corsarios. El interés de Weir, más que en el desarrollo de las aventuras de los marineros o en las escenas de acción, radica en la descripción minuciosa de su vida a bordo del barco y de las relaciones de unos y otros en un clima de guerra.
Estamos pues ante una película que se fija en los trabajos en el mar. Sus técnicas de distracción en los combates, su manera de sobrevivir a una tormenta. Mira atentamente a los momentos de pausa y a la psicología de los soldados, utilizando el prodigioso material de las novelas del especialista Patrick O'Brian. Pero tampoco renuncia al romanticismo de este género de películas, centrándose poco a poco en la relación entre el capitán interpretado magistralmente por Russell Crowe y su amigo doctor, que incorpora Paul Bettany. Una relación de camaradas que remite al cine de aventuras clásicas de Hollywood, que este australiano afincado en Hollywood ha sabido, al mismo tiempo, respetar e innovar.
A favor: Russell Crowe y Paul Bettany.
En contra: Que no tenga una línea argumental clara puede desconcertar a algunos espectadores.