Juntos y revueltos
por Miguel BlancoCuatro años después de 'Los padres de ella', llegó la secuela, en la que la pareja formada por Ben Stiller y Teri Polo visitaba a los padres del primero. La fórmula es la misma que en la primera parte: toda una avalancha de situaciones que dejan en ridículo a Stiller, cómico especialista en este tipos de papeles. Él ha llevado mejor que ninguno el personaje de post-adolescente eternemente humillado, desde la famosa escena con la cremallera del pantalón en 'Algo pasa con Mary'.
Se invierte, eso sí, la naturaleza de los gags. Si en la primera entrega existía una enorme diferencia entre la pareja joven y el tradicionalismo de los padres de ella, especialmente el restrictivo Robert De Niro, ahora pasa lo contrario: los padres de Ben Stiller (también conocido como Gaylord Follen) son extremadamente liberales, hijos de la generación de los 60. No sólo se producirá un choque entre la pareja protagonista y los progenitores, sino también entre los padres de él y los de ella, recuperando al De Niro paranoico y agresivo de la primera parte, enfrentado aquí a un Hoffman pasado de vueltas. Ninguno de los dos está en su mejor momento como actor, pero ver a estos dos gigantes ridiculizados de esa manera otorga un pequeño placer.
A favor: Continúa la línea hilarante de la primera parte, entre la comedia realista y la caricatura.
En contra: Que funciona por acumulación de personajes y puede terminar cansando.