Blade en los infiernos
por Miguel BlancoLa primera entrega de Blade fue un éxito inesperado. Una película comercial de serie B, pero con un punto oscuro y demencial, nocturna y sexy que hizo las delicias de muchos espectadores. El director era Stephen Norrington, el habitual especialista de Hollywood para hacer films cuando otro director más inspirado no puede. Sin embargo, para la segunda parte, los productores optaron por el riesgo, ofreciéndole la dirección a Guillermo del Toro, un cineasta mucho más personal, capaz de hacer tanto películas extrañas y diferentes como 'Cronos' y blockbusters aseados y efectivos como 'Mimic'.
Del Toro no falló y entregó una segunda parte que respetaba los principios estéticos y argumentales de la primera, pero sumando su personal visión del submundo vampírico. Una ambientación mucho más lúgubre y gótica, con unas escenas de acción que si bien no eran creíbles, sí acercaban al film al espíritu del comic underground e incluso de la animación japonesa. El director mexicano realizó posiblemente su mejor película de Hollywood, mucho menos tópica que el díptico 'Hellboy' y con un mucho más creíble espíritu de serie B.
A favor: Su desprejuiciada asociación de referentes.
En contra: Que no tuviera continuidad, ni en la saga de Blade ni en la carrera de Guillermo del Toro.