Críticas
4,5
Imprescindible
X

La lascivia de Texas

por Alejandro G.Calvo

Le ha costado trece años, los que han pasado desde el estreno de La casa del diablo (2009), pero Ti West por fin nos ha entregado una película de terror total, como mínimo, al mismo nivel de su magnífica película satánica. Han sido años dando bandazos, siempre cercanos al género -Cabin Fever 2 (2009), The Innkeepers (2011), The Sacrament (2013)-, siempre homenajeando a sus héroes -Sam Raimi, Stanley Kubrick, Ruggero Deodato-, pero siempre dejándonos con la miel en los labios sangrientos (¡hasta hizo un western-más-spaghetti-western-que-otra-cosa con El valle de la venganza (2016)!). Pues bien, con X, no solo es posible que haya conseguido su mejor película, sino sin duda uno de los grandes títulos de terror del año que, con un poco de suerte, logrará marcar tendencia dentro del terreno más divertido del género: sexo (joven y gerontófilo), violencia cruda y divertida, gore sin digital de por medio, terror directo y terror abisal, múltiples homenajes a cintas canónicas (Psicosis, El resplandor, Bahía de sangre, La matanza de Texas, etc).

Detengámonos en La matanza de Texas (1974) de Tobe Hooper, porque si X se ha vendido como un slasher en el rodaje de una película porno (cosa que, sin ninguna duda es), la premisa va mucho más allá de su tagline de presentación. X es, principalmente, una película sobre el terror que surge de la lascivia en cuerpos decadentes: la confrontación entre la joven Maxine (Mia Goth) y la anciana Pearl (Mia Goth, por partida doble), es el enfrentamiento disruptor entre la sexualidad joven y liberada de la primera y la sexualidad reprimida y necrótica de la segunda (hay una curiosa simetría con La abuela de Paco Plaza).

Los protagonistas de la película -donde encontramos también a la nueva scream queen Jenna Ortega, la protagonista de Scream (2022)- son una troupe de jóvenes con apetito de diversión y de cumplir el sueño americano por la vía del cine porno de los setenta -la película se ancla en 1979-. Una especie de Boogie Nights -solo que alejados de la glamurosa California para adentrarse en terreno redneck donde este american gothik encuentre sus lazos horroríficos con la cinta de Tobe Hooper- meets La matanza de Texas -el granero donde van a rodar su película es de unos ancianos capaces de crear el más puro mal rollo desde el minuto uno en el que aparecen-.

West, que escribe y dirige el entuerto, destila amor supino tanto por la exploitation de los años 70 -también valdría como referencia la muy bruta La última casa a la izquierda (1972) de Wes Craven- como por los grandes iconos del terror (citados más arriba). Para ello maneja con inteligencia una puesta en escena que va de lo directo (cámara en mano, fotografía virada para los momentos de rodaje) a lo manierista (planos largos en gran angular, cenitales aterradores, encadenados de montaje hacia atrás y hacia adelante en cortes rápidos), en cierta forma, creando imágenes que van de lo bruto a lo sensual -siempre en el campo del terror- que en su segunda mitad directamente entrarán en el terreno del slasher, dejando un reguero de sangre e imágenes impactantes que, por otro lado, también habría firmado con una sonrisa de dientes afilados el Tarantino del final de Érase una vez en... Hollywood (2019).

La gran virtud de esta fiesta del terror contemporáneo llamada X surge de ese cruce vital y estético: la creación de una atmósfera reprimida -ese telepredicador evangelista que no deja de aparecer por televisión maldiciendo el libertinaje de los jóvenes- en la que los jóvenes protagonistas buscan atrapar el sueño por la vía del coito desinhibido, la confrontación entre las sexualidades de las dos mujeres a las que sirve cuerpo Mia Goth, los arrebatos cómicos -ese Kid Cudi luciendo virilidad en el calor de la noche, muertes brutales como gag desternillante- y la visceralidad de su rebozado en sangre y mugre -brutal el asesinato acompañado por el '(Don’t Fear) the Reaper' de Blue Öyster Cult, hacen de la cinta de Ti West una auténtica delicia, una genialidad dentro del género que, sin dejar de homenajear a los clásicos, les aplica un rodillo para hacer avanzar el tópico hacia lo inesperado. Tremendo.

DE QUÉ VA

Ambientada en la Texas rural de 1979, justo en los albores del VHS, un equipo de rodaje se traslada a una granja aislada para llevar a cabo la producción de una película porno. Las únicas personas que se encuentran cerca de ellos es el matrimonio de ancianos al que han alquilado la zona para rodar el filme. El problema es que, cuando llega la noche, la mujer anciana se transforma en un ser violento.