Western femenino
por Rodolfo SánchezEl hoy olvidado y entregado a labores de realización televisiva (su última película data de 1999, Sueños rotos), Jonathan Kaplan comenzó su andadura en el cine en 1972 y fue elaborando una bastante simple trayectoria con algún que otro éxito pero sin llamar nunca demasiado la atención. A comienzos de los noventa, cuando el western experimento una cierto renacimiento, Kaplan lo intentó con Cuatro mujeres y un destino, película del oeste protagonizado por cuatro mujeres en los roles que normalmente se reservan a los hombres y que a partir de esa premisa diferenciadora no aportada demasiado, por no decir que nada en absoluto, al género. Las actrices están bien, la historia entretiene medianamente y resulta divertido ver como Kaplan intenta emular a los directores del western crepuscular de los setenta, aunque sin ton ni son. En resumen, un entretenimiento sin más.
A favor: El empeño de las cuatro actrices.
En contra: Que aparte de ser un western femenino no queda claro que más pretendían realizar.