Críticas
4,0
Muy buena
El llanto

El terror del patriarcado

por Andrea Zamora

Andrea nació en Argentina, pero no lo supo hasta que tuvo edad para entrar en la universidad. De su madre biológica ha heredado un certificado de nacimiento y un hombre que la persigue. Solo puede verle a través de la cámara de su teléfono móvil, pero está en todas partes. También ha empezado a escuchar a una mujer llorar. Los gemidos salen de un edificio que ha visto antes en otra parte del mundo.

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El llanto, el debut de Pedro Martín-Calero como director de largometraje, con guion coescrito con Isabel Peña, es una apuesta refinada y arriesgada dentro del género de terror. Ester Expósito, que reclama de nuevo su puesto como Scream Queen tras Venus, lidera el elenco de esta película junto a Mathilde Ollivier y Malena Villa.

El llanto entra de lleno desde el principio, con una secuencia visualmente impactante. A lo largo del filme, el uso del sonido resulta perturbador y la interacción con las pantallas -especialmente con el móvil del personaje de Andrea- es sumamente interesante. La combinación de estos elementos crea una atmósfera cautivadora y proporciona grandes momentos de terror en escenarios muy familiares, pero que se tiñen, curiosamente, de originalidad: el ser maligno invisible para todos excepto la protagonista, la casa embrujada y el misterio que uno de los personajes se empeña en resolver.

El llanto transforma su narrativa a medida que presenta a sus personajes. La historia comienza con la Andrea de Espósito y luego se centra en la Camila de Villa, una estudiante de cine que se obsesiona con una mujer a la que observa a través de la cámara. Marie ( a quien da vida Ollivier) es otra figura central del filme, que recuerda a It Follows (2014) debido a la idea de una entidad que se transfiere de una persona a otra. El llanto también se asemeja a Háblame (2023) al abordar la metáfora de la herencia como parte central de la historia. Sin embargo, lo que une a todas estas protagonistas, a las que nadie cree, es la violencia contra la mujer, que se convierte en el eje del terror en sus historias.

El llanto, en una de sus grandes virtudes, evita las sobreexplicaciones, desarrollando su historia de manera sutil y elegante y permitiendo que cada espectador interprete lo que acaba de ver. Aunque el segundo acto pierde algo de fuerza, la película culmina con una secuencia de terror visual y físico que eleva el clímax y cierra con un epílogo que completa y perfecciona la historia. Una de las mejores obras del terror español del año.