La incursión en Alcatraz
por Eulàlia IglesiasJerry Bruckheimer (productor) y Michael Bay (director) se convirtieron en los reyes de Hollywood en los años noventa al encumbrar el blockbuster de acción testosterónica como la cima más alta (y más rendible) del espectáculo cinematográfico con títulos como 'La roca', 'Armaggedon' y 'Pearl Harbour'. De las tres, la primera sigue manteniéndose como la más satisfactoria, libre de los delirios de grandeza que sufre la segunda y del edulcoramiento que empaña la tercera.
La roca es el nombre con que se conoce Alcatraz. Pero el argumento del film cambia de sentido la tradicional acción respecto a la isla: ya no se trata de escapar de una prisión ahora en desuso sino de penetrar en ella para poner a salvo los rehenes que han tomado unos militares insurgentes. Buddy movie de presupuesto elefantiásico, Nicolas Cage y Sean Connery, experto en armas químicas el primero y rey del escapismo el segundo, forman la extraña pareja encargada de liderar la misión. Uno demuestra que los geeks también pueden ser héroes de acción ("y follarse a la reina del baile") mientras que el otro aporta la dosis necesaria de elegancia, ingenio e ironía. Ambos protagonizan más de dos horas de trepidante acción a contrarreloj donde cada escena se concibe como si fuera la climática o culminante: la desactivación del arma biológica, la persecución de coches por San Francisco, la incursión en la isla, los diferentes tiroteos, la desactivación de los misiles... Un orgasmo sin fin para los fans de las action movies.
A favor: La química, con un toque de humor que se agradece y alguna línea de diálogo brillante, entre Nicolas Cage y Sean Connery.
En contra: La machacona banda sonora, que subraya el lado más efectista del film.