Tras su paso por el terreno del cortometraje, en el que dejó claro que era un cineasta con una gran personalidad y que se postulaba como uno de los posibles renovadores del cine español más joven. Esta impresión se constató en su primer largometraje Alas de mariposa, se evidenció en su segunda obra, La madre muerta y se perdió completamente con Airbag, su obra más exitosa y comercial y una vergüenza como película. Pero volviendo a Alas de mariposa, el director fue capaz desde el bajo presupuesto y la sencillez dar forma a una película intensa, dramática, inquietante, con una Silvia Munt soberbia y un plantel secundarios excelente, especialmente la niña Susana García. Bajo Ulloa, además de un trabajo visual excelente, trabaja el guion con solidez y equilibrio, realizando una película que tiene tanta frescura –de lo mejor del cine español de los noventa- como una relación estrecha con cierta tradición en relación con trabajos autorales de cineastas que buscaron dentro de la cinematografía española aportar una mirada nueva.
A favor: La dirección, el guion, los actores.
En contra: Tan solo que, como primera obra, pueda parecer que tiene ciertas concesiones en busca de mostrar sus habilidades.