La primera
por Andrea ZamoraDespués de narrar la historia de Maixabel Lasa en Maixabel (2021), Icíar Bollaín vuelve a colaborar en el guion con Isa Campo y se coloca nuevamente detrás de las cámaras para contar la historia de otra pionera. Esta vez, la protagonista es Nevenka Fernández, la economista española que, durante su trabajo como concejala de Hacienda en Ponferrada, fue acosada sexualmente por el alcalde del Partido Popular Ismael Álvarez.
Soy Nevenka está basada en la novela Hay algo que no es como me dicen de Juan José Millás. El filme narra una historia real y no olvida que, además de ser una película, es un testimonio audiovisual de un evento crucial. Bollaín vuelve a demostrar su habilidad con la psicología de los personajes, dirigiendo una narración profundamente arraigada en lo íntimo y personal. Sin adornos, solo jugando ocasionalmente con el sonido y la imagen, pero siempre en beneficio de la historia para que el efecto deseado se potencie; la cineasta crea momentos de alta tensión. Y no solo cuando el acoso es físico. Nevenka se siente acorralada, intimidada, amenazada y asustada por las acciones de Ismael, pero también por sus palabras y por la influencia y poder que tenía el alcalde en Ponferrada. Bollaín y Campo han logrado capturar el acoso en todas sus formas y consecuencias.
El excelente trabajo detrás de la cámara no tendría sentido sin una protagonista que esté a la altura. Mireia Oriol, en un papel increíble, encarna a Nevenka con aplomo, confianza y autenticidad, entregándose por completo en los momentos clave de la historia de su personaje. Urko Olazabal, en perfecta sintonía con ella, interpreta a Ismael, el villano de la historia, logrando ser encantador y transformándose en un monstruo a medida que avanza el relato.
Soy Nevenka concluye con el juicio de 2002, un evento que marcó un antes y un después en España. Los últimos momentos del filme representan un gesto de liberación y esperanza para la protagonista, aunque su desenlace no está a la altura del ímpetu acumulado a lo largo de la película, pareciendo una decisión algo perezosa que desluce el proyecto. Sin embargo, uno de los aspectos más importantes de Soy Nevenka ocurre antes del juicio: cuando Bollaín muestra y documenta, utilizando archivos, cómo los medios y la opinión pública reaccionaron ante la denuncia que Nevenka presentó en 2001.
Cuando Nevenka decidió proteger su dignidad, la sociedad la responsabilizó y su partido político la abandonó. "Te advertimos que era un mujeriego y que tuvieras precaución", le recriminó su madre antes de que ella considerara denunciarlo. "¿Cómo pudo permitir que la acosaran?", se cuestionaba Ana Rosa Quintana en ese momento. Han pasado más de veinte años y seguimos oyendo el mismo discurso.
Lee la crítica completa de Soy Nevenka: Icíar Bollaín vuelve a la historia real con 'Soy Nevenka': La primera mujer que denunció a un político por acoso sexual | San Sebastián día 1