¿Drama o comedia?
por Rodolfo SánchezNo fue nunca Bruce Beresford un cineasta de grandes dotes artísticas, pero sí un buen artesano que durante parte de los setenta y los ochenta supo con mayor o menor fortuna adecuarse a diferentes proyectos y sacarlos hacia delante desde la profesionalidad, situación que fue paulinamente desapareciendo durante los noventa para caer en saco roto en la década siguiente. Un buen hombre en África, de 1994, es buen ejemplo de cómo una película, basada en una novela de William Boyd, teniendo casi todo a su favor, acaba en una mediocre obra que no juega con demasiados elementos para no conseguir que ninguno de ellos sea mínimamente interesante.
Desaprovecha la calidad de la fotografía y de la música y a un buen conjunto de actores que no saben bien si están ante una obra dramática o ante una comedia. La obra oscila entre ambos géneros sin saber en cuál detenerse ni consiguiendo conjugarlos con equilibrio. Y lo que queda es una película sosa, aburrida y sin gracia alguna. Dejando de lado el retrato paternalista que hace de África, pero eso es otra historia.
A favor: La música y la fotografía, muy por encima del trabajo de Beresford.
En contra: Que no se define bien su naturaleza.