Insufrible película sobre la enfermedad
por Rodolfo SánchezJoel Schumacher, director más afín a otro tipo de productos, firmó en 1991 este melodrama que, aunque inauguraba una década presentaba todavía modos visuales de la anterior, eso sí, en su peor sentido. Schumacher suele ser peor cineasta cuando se aleja de la acción o el thriller, y en Elegir un amor resulta evidente: su puesta en escena resulta francamente horrible, cursi y molesta, con todos sus tics excesivos, en busca de trascender la historia con una puesta en escena francamente hortera. Muy de los ochenta y muy de Schumacher.
No ayuda un guion ridículo, plagado de clichés, constantemente focalizado en empatar y provocar la lágrima fácil. Y, para colmo, una Julia Roberts que no da lo mejor de sí misma, acaba siendo cargante. Todo esto conlleva a que Elegir un amor sea un melodrama irrisorio, sin pasión, sin interés. Tan solo funciona medianamente en el enfrentamiento entre los dos personajes, pero poco a poco, ya que no hay nada más, también acaba naufragando en este aspecto. En definitiva, una película de sobremesa, un telefilm al que se ha pretendido dar una cierta consistencia autoral. Pero es que Schumacher, es lo que es.
A favor: Casi nada, quizá un poco el arranque con el enfrentamiento entre los dos personajes.
En contra: Casi todo lo demás.