Pastoral americana
por Paula Arantzazu RuizTres amigos y un trauma, una herida que jamás cicatrizó vuelve a brotar con tanta fuerza que el torrente arrastrará a todos hacia sus propios límites éticos. Bajo la apariencia de un neoclasicismo narrativo, Clint Eastwood adaptaba la aplaudida novela de Dennis Lehane y regresaba, de paso, al terreno de la América más sombría y dañina. Esta historia sobre tres amigos unidos por dos tragedias, la del pasado, en la que uno de ellos sufrió abusos sexuales, y la del presente, cuando la hija de uno de ellos muere asesinada, avanza pausada, plegándose en sí misma y a golpe de ligeras insinuaciones de la terrible maldad que esconde el relato. Eastwood maneja a la perfección el tempo del suspense, virando en ocasiones hacia las lagunas del melodrama, deteniéndose en los interrogantes morales del trío de protagonistas. Finalmente, la resolución del misterio es aún más desoladora, por su carencia de artificio, y el espectador sólo puede que sentirse arrastrado por los acontecimientos que desfilan por pantalla. Sean Penn y Tim Robbins se llevaron sendos Globos de Oro y Oscar de la Academia por sus actuaciones. Ni que decir que esos premios, como los que recibió Eastwood, fueron de justicia.
A favor: Es uno de los retratos más implacables del Estados Unidos actual.
En contra: Que Eastwood luego ha olvidado los claroscuros de su país.