Los inicios de un genio
por Rodolfo SánchezA partir de su cortometraje Bottle Rocket, Wes Anderson, con ayuda de Owen Wilson como guionista, debutó en la dirección con Ladrón que roba a ladrón. Aunque muy inferior a sus siguientes propuestas, Anderson, uno de los cineastas más personales e interesantes de la actualidad, deja ya ciertas señas de identidad en su primer largometraje, una suerte de laboratorio fílmico de lo que estaba por llegar. Anderson conjuga el drama, la comedia y la acción mediante una puesta en escena en la que ya se pueden rastrear destellos de su genio. Sus personajes, hiperbólicos y estrambóticos, poseen todas las credenciales del cine de Andereson. Pero es patente que se trata de una primera obra en la que ir trabajando ciertos elementos que poco después tomarán una forma más definitiva. No posee Ladrón que roba a ladrón la complejidad de sus siguientes obras ni las diferentes capas que conforman las películas de Anderson, pero sí posee ese desparpajo narrativo y un final magistral en el que la música, como sucederá después, posee una enorme importancia. Quizá esta primera película gane en calidad gracias a las siguientes de Anderson, pero lo cierto es que, aunque por debajo del resto, es notable.
A favor: El ver cómo el universo de Anderson se comienza a construir. Y que es muy divertida.
En contra: Su irregularidad.