Críticas
2,5
Regular
Cazadores de mentes

Cazando a cazadores cazados

por Nestor Hidalgo

Después de la hecatombe económica de 'La isla de las cabezas cortadas' (1995) y el descalabro conyugal que no tardaría en llegar después, la carrera cinematográfica del finlandés Renny Harlin se convirtió en una zarzuela de barbaridades estruendosas y disparates ruidosos. Lo cual no es algo necesariamente malo y ha propiciado una serie de satisfacciones con ropaje de serie B con puntos de diversión que ya querrían para sí muchas propuestas de cine comercial con mayor pedigrí.

'Cazadores de mentes' es una de ellas, que ya empieza destacando desde la misma premisa argumental: un grupo de reclutas del FBI son aislados en una isla edificada pero desierta (sólo poblada por maniquíes) como parte de su entrenamiento para sintonizar con la mente de un psicópata. El problema es que todo termina por convertirse en una nada disimulada recreación de 'Diez negritos' cuando un asesino real se santa la simulación y empieza a cargárselos uno a uno. Vaya, no lo veíamos venir. Como tampoco el consabido juego del gato y el ratón que se forma, o la expansión de sospechas entre las víctimas intentando encontrar al asesino. Hemos visto el esquema mil veces, pero, igual que el malo relatando como elaboró todo el plan una vez que ha sido descubierto, disfrutemos anticipando sus sustos baratos y giros de guión con tirabuzón una vez más.

A favor: Además del humor inherente a todo esto, muertes incluidas, hay que reconocer a Harlin la capacidad para, mediante su planificación, movimientos de cámara y montaje, hacer vistosa hasta la producción más infecta.

En contra: Interpretaciones bobas para una película boba.