Noche junto a las vías
por Diana AlbizuLa primera película del actor italiano Sergio Rubini como escritor y director obtuvo el reconocimiento del Premio FIPRESCI de la crítica internacional en el Festival de Venecia. Lo primero que llama la atención es la precisión con la que Rubini se mantiene fiel a los elementos estéticos y narrativos que marca al empezar el filme, adaptación de una obra teatral: no abandonar la garita y residencia del jefe de estación de una línea ferroviara italiana durante una noche de trabajo en la que una misteriosa mujer rubia llega azorada al lugar y rompe con la agradable monotonía del quehacer nocturno.
Se trata, por lo tanto, de un desafío al talento actoral del propio Rubini, que protagoniza como el jefe de estación, y al de Margherita Buy, quien encarna a Flavia, la combinación entre dama en apuros y femme fatale que irrumpe en la vida del ferroviario Domenico. La historia se desarrolla con sencillez, sin alardes formales ni narrativos, pero la dotación empática de ambos personajes está tan lograda desde la dirección y la interpretación que el desvele nocturno se lleva con absoluto interés.
A favor: Las interpretaciones de ambos protagonistas.
En contra: Pese a su corta duración, el inmovilismo argumental la hace aburrida.