Críticas
4,0
Muy buena
Mary Poppins

El broche de oro del musical familiar

por Nestor Hidalgo

En el mismo año 1964, dos musicales de gran presupuesto y formas colosales marcaron, con estratosférico éxito, lo que, en realidad, fue el canto de cisne del género. No por casualidad, 'My Fair Lady' y 'Mary Poppins' miran hacia un pasado idealizado en la (alta) sociedad londinense de principios del siglo XX. Muchas cosas estaban empezando a cambiar entre la juventud estadounidense. ¿Cómo seguir manteniendo este modelo de cine musical de gran formato y retórica teatral cuando no sólo Elvis ha zarandeado a golpe de caderas la escena musical en la gran pantalla, sino que incluso los Beatles han aterrizado y celebrado conciertos en Estados Unidos? Así, podemos decir que la imperecedera 'Mary Poppins' fue el último gran musical para toda la familia que, efectivamente, vio toda la familia.

La confluencia de talentos puesta al servicio del resultado final y vigorizada por la maquinaria industrial y fabricadora de mitos de Disney alcanzó uno de sus mayores logros en lo relativo al cine con personajes de carne y hueso. Julie Andrews y Dick Van Dyke están desatados y dan lo mejor de sí mismos interpretando hitazo tras hitazo de unos inspiradísimos Sherman Brothers (hasta las caras B son buenas) que, junto al buen hacer de Robert Stevenson, consigue que prácticamente cada 'setpiece' tenga una pregnancia individual.

A favor: Espectáculo de imaginación con los medios adecuados para darle todo el lustre necesario, e incluso un pequeño mensaje antisistema enterrado entre toda la sacarosa.

En contra: A veces, hay una considerable sobredosis de azúcar en la píldora.