Pastiche monstruoso
por Eulàlia IglesiasStephen Sommers intentó repetir con 'Van Helsing' la operación que había llevado a cabo con éxito con 'La momia': un upgrade de mitos clásicos del terror dirigido al nuevo público adolescente y sacando el máximo partido a las posibilidades de los efectos digitales. Aquí se inspira lejanamente en el Drácula de Bram Stoker al que hace convivir con el mito de Frankenstein y unos cuantos hombres lobos. Con menos humor y más oscura que la saga de 'La momia', 'Van Helsing' (personaje que encarna Hugh Jackman) se acerca más al cine de terror con aroma a vídeo juego que suele protagonizar Kate Beckinsale, también presente en este film, que a los clásicos de la Universal que pretende homenajear. Sobrecargada de artificio digital, de acción innecesaria y de múltiples referencias pasadas por el filtro de la postmodernidad, 'Van Helsing' es un buen ejemplo del blockbuster de la nueva era que satura la imagen con elementos de postproducción y enreda la trama para facilitar una acción constante.
A favor: El encanto de Hugh Jackman.
En contra: La sobresaturación visual.