Críticas
0,5
Pésima
La chica del calendario

Sobre los iconos de masas

por Rodolfo Sánchez

La chica del calendario, dirigida en 1993 por John Whitesell, cineasta totalmente olvidable, poseía una naturaleza clara y concisa: servir de trampolín a la gran pantalla al entonces famoso por la serie Sensación de vivir Jason Priestley. El resultado, un auténtico desastre a pesar de que la idea de la película, un joven que en 1962 antes de ir al alistado al ejército decide junto a dos amigos lanzarse a la carretera para conocer a Marilyn Monroe. Pero como la premisa real es que Priestley se luzca y la realidad es que Priestley no es un actor ni cercano a cierta competencia actoral, la película avanza a golpe de rock ‘n’ roll pero sin nada más. No hay un acercamiento a la época, ni tampoco se desarrolla el tema del poder de la imagen popular en la gente o en los jóvenes a través de la Monroe. Pero sí deja claro que cuando un actor es famoso, guapo y gusta a las chicas, hay que realizar una película por si sale bien, al menos en taquilla. En el caso de La chica del calendario no fue así. Ni tuvo éxito ni posee la calidad suficiente como para recordarse.

A favor: La música, ameniza el desastre.

En contra: El resto de elementos.