Tango con Satán en el desierto
por Nestor HidalgoDespués de moverse en películas de registro comercial evidente ('El indomable Will Hunting', 'Descubriendo a Forrester') o fingido (el remake-fotocopia plano a plano de 'Psicosis') , el regreso de Gus Van Sant al terreno del cine independiente con capucha experimental fue tomando como todo un acontecimiento. No era para menos. 'Gerry' presentaba a Matt Damon y a Casey Affleck como únicos intérpretes en un filme sin argumento aparente en el que sus personajes, ambos con el mismo nombre de pila que el título, caminan sin rumbo y sin apenas intercambiar palabra por los impresionantes paisajes desolados del Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad, en Nuevo México, hasta que mueren. Fascinante, ¿verdad? Pues el caso es que el trabajo de Van Sant, la fotografía de Harris Savides, la Steady operada por Matías Mesa y la envolvente música de Arvo Pärt utilizada así lo consiguen. Fuera de ese goce plástico inexcusable y relajante quedan diversas interpretaciones, que van desde cuánto pudo afectar a nivel neuronal a Van Sant verse la filmografía de Béla Tarr hasta disquisiciones existencialistas sobre la muerte y la identidad. Pero ese es otro paseo.
A favor: El fluido reposo de la mayoría de los planos.
En contra: Que el dispositivo de Van Sant sea considerado original por algunos, ignorando la tradición a la que pertenece.