Viaje al país del sol naciente
por Eulàlia IglesiasLa secuela de 'Karate Kid' se inicia justo donde se quedó la primera: al final del campeonato en el que triunfa Daniel con la llave de la grulla. Pero tras esta rápida reconexión, la película corta por lo sano con todo el contexto del film original (novia y madre incluidas) y se traslada a Japón para desarrollar una historia completamente diferente. En lugar de una película en torno al joven italoamericano, tenemos un film centrado en el universo del anciano nipón, y los códigos del cine de adolescentes se sustituyen por valores y tradiciones relacionados con la cultura oriental: honor, venganza, fidelidad... Todo ello en una Okinawa, uno de los puntos del planeta donde la Segunda Guerra Mundial dejó una cicatriz más profunda y todavía por cerrar, donde los japoneses viven en armonía con los ocupantes estadounidenses.
Ralph Macchio mantiene la frescura de su personaje frente a unos nuevos abusones (aquí un matón que parece escapado de un film de Bruce Lee... o más bien de Jackie Chan) y en un entorno más rancio y blandengue, con el que 'Karate Kid' intentó quizá acercarse a otro tipo de público más familiar arriesgándose a perder sus espectadores originales.
A favor: Se mantiene la química entre Macchio y Morita.
En contra: El retrato sentimentaloide y paternalista del país donde nació el karate.