La deconstrucción según Allen
por Israel ParedesTras la comedia musical 'Todos dicen I Love You' Woody Allen rodó una de sus películas más arriesgadas, 'Desmontado a Harry'. Es sabida la afición del cineasta por el cine de Bergman y de Fellini. Al año siguiente, con 'Celebrity', Allen rendiría homenaje al segundo, en 'Desmontando a Harry' lo hará al primero al realizar una suerte de 'Fresas Salvajes' pero en tono deconstructivista (la traducción del título al castellano anula el sentido del original).
El comienzo de 'Desmontado a Harry' es ya una ruptura con respecto a toda su filmografía: los cortes continuos que repiten una misma escena (a lo Godard) ya apuntan a una película diferente en la que Harry Block (Allen), un escritor que ha vivido de sus experiencias y de aquellos a quienes ha conocido durante su vida para escribir sus obras (más o menos lo que el propio Allen con su cine), emprende un viaje tanto físico como mental durante el cual ficción y realidad se confunden. Así, Allen construye (y deconstruye) una película sombría, agresiva, en la que el cineasta parece rendir cuentas con todo el mundo. Con cada personaje con quien Harry se encuentra Allen da sentido al personaje, a su vida, pero a su vez lo reconfigura de nuevo. El director lleva a cabo un trabajo de construcción identitaria divertido pero hiriente en el que el drama se da la mano con la comedia más negra en una de las mejores películas de su director, aunque en su día no fuera recibida con demasiado entusiasmo, quizá porque la radicalidad da la propuesta y la reinvención de Allen resultaba demasiado confusa. Pero 'Desmontando a Harry' supone una propuesta aislada dentro de su carrera, una rara avis.
A favor: El planteamiento de Allen, arriesgado, agresivo y divertido.
En contra: Quizá que siga siendo tan claramente una película de Allen, algo que ocasiona que la ruptura no sea tan total, algo sí sucederá más adelante con 'Match Point' o 'El sueño de Cassandra'.