Shoegaze emocional
por Paula Arantzazu RuizTras filmar la macabra belleza adolescente en ‘Las vírgenes suicidas', Sofía Coppola se atrevió con una historia de evidentes tintes autobiográficos que, entre muchas otras cosas, devolvería a Bill Murray el estatus de actor de culto. Cierto que Murray ya había sido recuperado por Wes Anderson en ‘Academia Rushmore' (1998) y en ‘Los Tenenbaums. Una familia de genios' (2001), pero el papel que le regala Coppola, un Bob Harris hastiado de la vida, casi una parodia de hasta dónde alcanza la decadencia de las stars de Hollywood, demuestra, por otra parte, cuánto admira la generación de Coppola y compañía al intérprete de muchas de las mejores comedias de los 80. Se comprende así que el personaje de Scarlett Johansson, la dulce y voluptuosa Charlotte, se enamorara casta y secretamente de él. Todo un clásico de los 2000 y el que mejor ha logrado captar la etérea sensación del relato cero, el in media res que dominó las narraciones de ese decenio. Un tránsito aquí esplendorosamente musicado por el Kevin Shields más vaporoso.
A favor: Casi todo, pero por destacar una escena, Bill Murray cantando ‘More than this' en un karaoke de Tokyo.
En contra: Que sea una película un poco pija.