La gran historia de amor de los 2000s
por Diana AlbizuAunque hijo de John Cassavetes y Gena Rowlands, el director Nick Cassavetes no ha seguido los pasos de su padre en la creación cinematográfica, sino que más bien ha optado por una inclusión en los procesos ya establecidos de la industria hollywoodiense, sin preocuparse en exceso por mantenerse en un margen más independiente. 'El diario de Noah' es fácilmente su película más conocida. Tuvo el acierto de, aparte de dar un pequeño papel a su madre Rowlands, contar con dos jóvenes intérpretes como Ryan Gosling y Rachel McAdams en el momento justo de su eclosión, también propiciada por el gran éxito de la película. De hecho, esta adaptación del libro homónimo del autor de best-sellers románticos Nicholas Sparks marcó firmemente el género del romance dramático durante el resto de la década.
En realidad, podemos constatar que no es para menos, gracias a la precisa unión de factores individuales. Por un lado está la historia de Sparks, llena de bombas emocionales de alta intensidad y un manejo de los golpes de efecto (visuales y argumentales) románticos digno del cine de acción. Casi cualquier interacción entre los trágicos enamorados Gosling y McAdams grita su condición de "gran historia" y voluntad de perdurabilidad como icono generacional (algo que consiguió), reforzando la intensidad dramática hasta el gran giro revelador final. Igual que otros géneros tendieron hacia la hipérbole de sus elementos en el nuevo milenio, 'El diario de Noah' lo hace con el cine romántico con una elegancia y compromiso por la exacerbación sentimental que no siempre tienen ocasión de ser reconocidos en nuestra cínica realidad.
A favor: Todo el trabajo actoral, poco habitual en este tipo de película.
En contra: Dependiendo de lo refractario que sea el espectador a los romances rehogados en pura lágrima, puede enervar.