Garras humanas
por Eulàlia IglesiasEl Alejandro Jodorowsky cineasta es sobre todo conocido por sus dos películas de los setenta, 'La montaña sagrada' y 'El topo', un díptico de cine lisérgico que resulta difícil de digerir si una no se ha tomado las mismas drogas que engulló el equipo para rodarlas. La intención de Jodorowsky de trasladar al espectador a un estado alterado de conciencia con estos films resultaba en parte un fracaso.
Mucho más conseguida en cambio es su incursión en la poética del horror surrealista con 'Santa Sangre', una película que mama de Cocteau y Buñuel, de los rojos profundos de Dario Argento (su hermano produce el film) y la Hammer, de la iconografía y el sincretismo religioso mexicano, y, por supuesto del Tod Browning de 'Freaks', pero más aún del de 'Garras humanas'. 'Santa Sangre' es una de las mejores películas de amor y horror de todos los tiempos, un bellísimo delirio barroco y pesadillesco en torno a diversos personajes tan atormentados como apasionados; un viaje al fondo de la mente enferma de amor y de muerte.
A favor: las secuencias en torno a la muerte del elefante.
En contra: algún atisbo de cursilería circense.