Aventuras con déficit de maravilla
por Nestor HidalgoKerry Conran tardó cuatro años en filmar en su apartamento (pantalla azul casera en el salón, un Macintosh Ilci para el montaje) un 'teaser' de 'Sky Captain' que, con un título mucho más largo y enrevesado, fue moviendo por los grandes estudios a la búsqueda de financiación. Es posible que durante ese tiempo pensara varias veces en la odisea similar que vivió un joven George Lucas durante los primeros 70, con un guión de aventuras pulp que tenía un título demasiado largo y extraño y rendía homenaje a los cómics y seriales que había adorado durante su infancia. No es la única similitud del debut (y de momento única película) de Conran con 'Star Wars', pues también tenía ambición de saga (larga) y, en esto ya sintoniza sólo con el Lucas actual, el 98% de su metraje se rodó con fondos generados íntegramente por ordenador.
Si el resultado es fascinante se debe a que, con buen tino, el cineasta emplea todo ese potencial tecnológico para contar una historia "chapada a la antigua", que maneja la misma inocencia y frescura que los seriales de los años 30 y 40. Con sentidos homenajes que van desde el expresionismo alemán y Lang hasta los robots de Miyazaki, la película es un absoluto triunfo de la estética. Lástima que la chispa y el desparpajo necesarios para engrasar todo el engranaje se hayan perdido por el camino. El resultado tiene la consistencia de un holograma tan hueco como la resurrección pixelada de Laurence Olivier.
A favor: El cóctel de referencias, Gwyneth Paltrow como reportera dicharachera con toques 'screwball'.
En contra: Pese a lo variado y rico del pastiche, al desarrollo de la historia le falta mucha garra y sensación de maravilla ante la aventura.