Críticas
3,5
Buena
Amanecer de los muertos

Regreso al centro comercial

por Israel Paredes

Zack Snyder debutó en la dirección con el remake del clásico de George A. Romero de 1978 'Zombie, el amanecer de los muertos', a su vez, segunda parte de su clásico 'La noche de los muertos vivientes', de 1968, 'Amanecer de los muertos', una película que intenta ser fiel al original en lo que podríamos denominar su espíritu pero a su vez introducir una mirada renovada y actualizada y, sobre todo, personal por parte de Snyder.

Los responsables de esta nueva versión insertan no pocos cambios en la narración con respecto al original de 1978; pero en lo que realmente se puede apreciar un gran cambio es en cómo 'Amanecer de los muertos' tiende a moverse más hacia el género de acción por encima del de terror. En realidad, hay ciertos momentos en que los apenas importa que aquellos que asolan el centro comercial sean zombis, podrían ser cualquier otro ser. De hecho, los alelados y lentos zombis de Romero devienen en zombis atletas que corren, no se sabe bien cómo, más que los humanos en busca de su comida. Esa velocidad, aparentemente un simple capricho electivo por parte de guionista y/o del director, se alza como representativo de la naturaleza de esta nueva versión: más veloz, más beligerante, más física y llena de movimiento pero, a su vez, también más vacua, más ordinaria. Hay buenos momentos y Snyder demuestra una buena capacidad visual que en sus siguientes películas irá evolucionando hacia una total derroche de parafernalia visual. En este caso, ya demuestra su gusto por el exceso, por planos imposibles y, a veces, sin sentido gramaticalmente hablando pero efectivos en su conjunto. Los actores, todos convincentes, ayudan a que la película no se resienta, como suele ser corriente en este tipo de narraciones, de la emotividad humana. Lástima que hayan dejado de lado la carga socio-política que tenía la obra de Romero, pues aunque algo se perfila, no hay la suficiente incisión al respecto.

A favor: La total desinhibición de la película.

En contra: El delirante desequilibrio narrativo.