Padre e hijo
por Xavi Sánchez PonsEn 1991 el estreno de Los chicos del barrio de John Singleton significó todo un acicate para la comunidad negra americana. Por fin se hacía un cine que hablaba de las problemáticas reales de la gente de color y que no se cortaba a la hora de mostrar lo difícil que lo tenían algunos jóvenes que vivían en ghettos para salir de los ambientes marginados y de delincuencia. Singleton llegó a optar a dos Oscars: a la Mejor Dirección y al Mejor Guión.
El problema con este tipo de cine llegó cuando otros directores menos capaces que Singleton empezaron a dirigir películas de temática parecida que vulgarizan el género a base de amarillismo y demagogia. Ese el caso de Al sur de los Angeles, filme, como Los chicos del barrio, ambientado en un barrio deprimido de Los Angeles. La historia contrapone a un padre recién salido de la prisión que quiere salir de la vida delictiva y su hijo, que con tan solo once años, ya se han enrolado en una banda. Con actores realmente malos y toda clase de lugares comunes que no logran profundizar en la materia, nada hay en esta película que sea digno de mención.
A favor: nada
En contra: su actor protagonista, Glenn Plummer, que nunca logra dar credibilidad a su personaje