El lado oscuro de los viajes en el tiempo
por Xavi Sánchez PonsEl tiempo suele poner a las personas en su sitio. Lo mismo pasa con algunas películas que necesitan del paso de los años para ser valoradas como merecen. Eso es un poco lo que ocurrió con Regreso al futuro II, una continuación oscura, a ratos misántropa, del filme con el que Robert Zemeckis se estableció cómo el alumno aventajado de Steven Spielberg. La segunda tanda de aventuras de Marty McFly y el Doctor Emmett Brown no fue muy bien recibida en su momento, pero casi treinta años después –sí, como si hubiera necesitado de un viaje al futuro para triunfar- se descubre como una secuela valiente capaz de ampliar el imaginario de la saga a base de un montón de ideas geniales. Aquí van un par: un futuro alternativo casi post-apocalíptico cortesía del emporio creado por el súpervillano Biff Tannen, y las paradojas temporales a lo Star Trek de encontrarte con tu propio yo en el futuro.
Regreso al futuro II también merece ser recordada por el skate volador que forma parte ya de la cultura popular, y también por haber abierto la etapa más de género y juguetona de Zemeckis. La formada por cintas como la excelente La muerte os sienta tan bien y su participación en la serie Historias de la cripta.
A favor: los Estados Unidos distópicos que presenta
En contra: que la comparen con la primera